Proyección psicológica: culpar a los demás para protegerse

Entre los diversos mecanismos de defensa humanos, la proyección es desviar emociones no deseadas de uno mismo hacia los demás. No solo ese sentimiento, las personas que hacen esto también pueden echar la culpa a los demás. No solo eso, esta forma de autodefensa también asume que otras personas tienen los mismos sentimientos que ellos. Es decir, las emociones vividas también son similares.

El origen de la proyección psicológica

El concepto de proyección fue propuesto por primera vez por Sigmund Freud basándose en su experiencia en el trato con pacientes. El padre del psicoanálisis ve un patrón similar, a veces los pacientes asumen que otras personas tienen las mismas emociones que él. Proyectar sentimientos en los demás es algo que puede suceder de forma natural como una forma de autodefensa. Por ejemplo, cuando alguien engaña a su pareja. En lugar de admitir que habían actuado de manera deshonesta, se hicieron proyecciones acusando a su pareja de hacer lo mismo. Otro ejemplo es cuando no te agrada alguien, lo que pasa es que crees que esa persona siente lo mismo. Es la forma que tiene una persona de lidiar con las emociones que son difíciles de aceptar o expresar. Los sentimientos de desagrado mutuo se consideran lógicamente como justificación, parte de la autodefensa.

¿Quién hace la proyección?

La proyección la hacen a menudo quienes no pueden aceptar sus propios defectos, las personas que hacen proyecciones son aquellas que realmente no se conocen a sí mismas. Al acusar a otras personas de tener las mismas emociones y preocupaciones, las hace un poco más tranquilas y capaces de ignorar esas emociones negativas. El hábito de proyectar sentimientos a los demás también lo suelen realizar personas que carecen de confianza en sí mismas y de baja autoestima. A mayor escala, el racismo y la homofobia también son formas de proyección. Por otro lado, las personas que pueden aceptar sus propios fracasos y debilidades tienden a no proyectar ni culpar a los demás. No sienten la necesidad de proyectar sentimientos porque tienen tolerancia al reconocer las emociones negativas por sí mismos. [[Artículo relacionado]]

¿Cómo detenerlo?

Todos pueden estar en una situación de proyección, tanto de ellos mismos como acusados ​​por otros. Por ejemplo, cuando estás explicando un concepto frente a tus amigos de la oficina, en realidad hay compañeros de trabajo que te acusan de forzar siempre tu voluntad. De hecho, ese es el sello distintivo del acusador. Para detener o evitar la proyección, se pueden hacer varias cosas, que incluyen:

1. Conócete a ti mismo

Escriba sus debilidades y fortalezas. El primer paso para evitar la proyección es conocerse a sí mismo, especialmente sus debilidades. Si es necesario, escriba en un diario para obtener más detalles. Hacer esta autorreflexión ayuda a una persona a verse a sí misma objetivamente.

2. Pregunte a otras personas

Si alguien cercano a usted lo entiende, pregúntele si alguna vez se sintió proyectado. Elija personas que realmente lo hagan sentir cómodo y de confianza para hacer esta pregunta. Sea abierto y honesto. Después de eso, prepárate mentalmente para saber la respuesta.

3. Consulta

A veces, la mejor manera de romper el hábito de sentir proyección es consultar con un experto. Pueden ayudar a identificar la razón por la que ocurre la proyección. Si la proyección ya ha estropeado las relaciones con otras personas, un terapeuta también puede ayudar a reparar estas conexiones. Es muy natural cuando una persona quiere protegerse de sentimientos y experiencias negativas. Pero cuando este deseo de protegerse se convierte en una proyección, puede ser el momento de explorar cuál es la raíz del problema. [[related-article]] Al hacer esto, puede aumentar la confianza en uno mismo. No solo eso, también se pueden mantener las relaciones sociales con otras personas de compañeros de trabajo, socios o amigos. Ya no existe el hábito de culpar a los demás. Para una mayor discusión sobre el hábito de la proyección que puede pasar desapercibido, pregúntale al doctor directamente en la aplicación de salud familiar SehatQ. Descárgalo ahora en App Store y Google Play.

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